Multienfermedad o síndrome de la desigualdad
social:
Cuando
el médico o el trabajador de la salud confronta la realidad en Honduras o en un
país latinoamericano se enfrenta con el problema de como clasificar la
enfermedad o el problema de salud y como ubicarlo en la taxonomía de las
enfermedades que están basadas tanto en la clasificación de las enfermedades de
La Organización Mundial de la Salud (OMS), como en las clasificaciones de influencia
anglosajona.
En las observaciones empíricas cuando se
examina una persona se presenta el problema de que en vez de encontrar un
proceso patológico único se presentan trastornos que identifican la existencia
de múltiples fenómenos que indican la presencia de varias enfermedades. La otra consideración es que la taxonomía
internacional nos coloca ante una disyuntiva; ya sea de un fenómeno corporal
o de una enfermedad mental (la dicotomía
o dualidad cartesiana cuerpo y mente) pero en realidad se trata de un
mismo proceso en un individuo en lo cual
el cuerpo es inseparable del proceso mental.
En
la Tercera Conferencia Internacional de la Sistema Científico en el Cuidado de
la Salud, en Múnich Alemania se presentó el tema El Síndrome Multienfermedad.
En ese estudio se cuestionaba el modelo biológico de enfermedad, que continúa
siendo dominante aun en el Siglo XXI y se planteaban las debilidades que
existían al clasificar las enfermedades, dado que en un mismo sujeto se
presentaban varios procesos patológicos, en el 62% de los casos las personas
tenían más de tres procesos que podrían ser identificados como enfermedades. En
tal sentido se llamó Síndrome de Multienfermedad aquel fenómeno caracterizado
por la coexistencia en un mismo sujeto de múltiples procesos patológicos de
carácter biológico, psicológico y social que fundamentalmente asociados a la
desnutrición severa y pobreza; esto planteaba profundas dificultades de la
valoración de la morbilidad y la epidemiologia de las enfermedades cuando se comparaban
con procesos patológicos de otros países.
Este
planteamiento sugería la necesidad de un nuevo enfoque metodológico en la
taxonomía internacional de las enfermedades, así como en los diseños
experimentales en la política de planificación de salud para los países en
desarrollo. La otra consideración era;
que este hallazgo demandaba la necesidad de hacer una reevaluación de la
educación en salud.
Al
reflexionar sobre estas observaciones empíricas se planteó que para clasificar
o identificar la enfermedad y la condición de salud necesitamos un enfoque más
integral, contextualizar las situaciones y considerar estas categorías: clase
social, género, etnia (racismo), las relaciones sociedad naturaleza (ecología)
y la valoración del proceso histórico de
la salud y enfermedad en relación con las políticas del Estado y sobre todo en
relación con el Estado capitalista
moderno, en el cual la salud es inseparable de la vida particularmente de la estructura
económica, política y social.
El
Síndrome Multienfermedad podría ser más bien resultado de la determinación del
ser social porque no solo es consecuencia de la pobreza sino la explotación de los seres humanos, la
desigualdad social y del proceso de acumulación del capital donde prevalece el
valor de cambio (la plusvalía) y la salud
se convierte en una mercancía o el fetiche de la mundialización del
capital donde el valor de uso de uso como
expresión de solidaridad, amor humano, espiritualidad y cultura comunitaria
desaparecen.
Podríamos
ejemplificar la situación con lo que ocurre con la contaminación por la
industria minera donde la población más afectada no son solo los trabajadores
sino las comunidades cercanas a la minería y particularmente las mujeres porque
estas utilizan y trabajan más con el agua (lavado de ropa, cocinar, acarreo de
agua) y son objeto de mayor explotación por los bajos salarios.
La
contaminación del agua aire y suelos por el proceso extractivo afecta en mayor
grado los tejidos en crecimiento, particularmente el embarazo, el feto y el
desarrollo de tumores. de tal forma que sumado a esto en la nutrición se
producen estados tóxicos más severos que afectan las presentes y futuras
generaciones, con las malformaciones congénitas.
Con
respecto a las mineras, en las políticas de salud se sigue un enfoque reduccionista, porque se busca en forma
individual, cual es el metal contaminante cuando en realidad son varios metales
que son liberados al ambiente y además se utilizan sustancias tóxicas para extraer
estos metales, debido a esto se produce un efecto de toxicidad a tal grado que
se suman a las condiciones paupérrimas de los pobladores toxicas por la misma deficiencia nutricional
u otros procesos como parasitismos, tuberculosis, alcoholismo, y depresión.
Al final de cuentas la minería no contribuye al desarrollo sustentable
sino por el contrario, contribuye a la desigualdad, al subdesarrollo y la
explotación humana a personas enfermas.
En
referencia a la formación pedagógica, médica o del trabajo de salud sobre todo
en el campo farmacológico y terapéutico es muy diferente el efecto de una droga
o medicamento cuando una persona que tiene un solo proceso patológico
(monoenfermedad) que la que tenga múltiples procesos patológicos
(multienfermedad) y por otra parte influye significativamente el acceso y
calidad de los servicios de salud, en consecuencia, la educación en salud debe
ser replanteada a partir de este síndrome.
Si
tomamos un caso específico, de una persona que sufre de tuberculosis (monoenfermedad),
la absorción, transporte, circulación, metabolismo y excreción de la droga
antituberculosa, va a ser diferente el comportamiento de esta en una persona
multienferma. En conclusión, podríamos calificar el síndrome multienfermedad
como el síndrome de la enfermedad por
desigualdad social.
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