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Decisiones tóxicas que engordan las pandemias

 


Decisiones tóxicas que engordan las pandemias 




Algunos epidemiólogos, farmacólogos, clínicos, “científicos” y expertos, cuando no asumen una posición crítica y ética y guardan silencio ante la escandalosa corrupción de los gobiernos y son partidarios de una ciencia sin conciencia que sigue el patrón de acumulación del complejo militar industrial farmacéutico y transnacional nunca señalan que los fármacos y las vacunas son como el Pharmakon que tiene dos caras, la del remedio y la del veneno, por lo tanto, jamás deben ser excluidos de las voluntades y dignidad histórica de los pueblos que defienden la vida humana y del planeta tierra. 



Juan Almendarez 



Propósito: A raíz de la información proporcionada por Coalición de Redes Ambientales de Honduras (CONROA) sobre la discusión en el Congreso Nacional de la Republica de Honduras de una reforma a la ley de manejo e introducción al país de substancias y residuos tóxicos. Se consideró necesario hacer una reflexión crítica de esta situación. 


Resumen: Las decisiones tóxicas se manifiestan a través de los tratados comerciales y militares desiguales con nuestros pueblos y las epidemias y pandemias que han servido para ocultar y deformar la verdad histórica y estrangular la libertad y la unidad de los pueblos de América Latina y el Caribe. Necesitamos una epidemiología y una ciencia crítica que no venda la conciencia y que no se abstraiga de la corrupción. 


La Pandemia está acompañada más de estados de excepción, violador de los derechos humanos y ambientales, el testimonio más brutal de dominación, militarismo y corrupción, tortura y desaparición forzada, genocidio y neocolonialismo, es Honduras en el corazón de América. 


Palabras claves: Decisiones toxicas, pharmakon, industria petrolera y petroquímica, plástico, dioxinas, plaguicidas y fertilizantes. 


Introducción: Las decisiones toxicas del Congreso de la República de Honduras anteceden o coinciden con la pandemia del coronavirus: las leyes de la explotación minera a base de cianuro a cielo abierto, la construcción de múltiples represas que despojan de agua a las comunidades, la afectación de las cuencas y microcuencas hidrológicas por el extractivismo minero, los monocultivos de banano, caña de azúcar y palma africana que lesionan la biodiversidad, el uso masivo de plaguicidas y fertilizantes que vulneran el sistema inmunológico de todos los seres vivos, la producción de alimentos modificados genéticamente (transgénicos Monsanto) el consumo de alimentos chatarra y ricos en azúcar (obesidad, diabetes e hipertensión arterial) la precarización y privatización de los servicios de salud y educación, el desarrollo de un estado policial militar y la militarización de todas las instituciones del Estado, por otro lado, el terrorismo de Estado y la proliferación del pánico, el trauma el terror y la tortura, la tasa de homicidio la más altas en el mundo, la utilización masiva de gases lacrimógenos, masacres y las cárceles de máxima seguridad que son de máxima tortura, cuya existencia recuerda a los campos de concentración y la escandalosa corrupción multimillonaria que ha causado miles de muertes y que ha desnaturalizado la institucionalización del Estado, la sínica y vergonzosa ocupación. 


Si nosotros revisamos la historia de Honduras en la década de los años 80’s, se envió un barco de excremento de Estados Unidos para ser depositado en las tierras hondureñas, nunca se estableció cual era el objetivo si se trataba de abono orgánico, aunque nosotros tenemos suficiente materia fecal. Si embargo, la movilización popular en aquel momento impidió la descarga de este envío. 

  

La otra, introducción de cartones que tenían material radioactivo que en ese caso son material desechable por su alto grado de peligro, también observamos los famosos transformadores eléctricos que contenían aceites con sustancias policloradas que eran consideradas con una de las plagas malditas según la OMS por su alto grado de toxicidad, sin embargo, estos transformadores ya habían sido desechados desde hace medio siglo en Estados Unidos. A pesar de todo, hasta el año 2025 Honduras podrá deshacerse de estas sustancias toxicas cuando se desplacen estos viejos transformadores. En el caso de esta reforma legislativa se quieren introducir baterías que contienen plomo que es una sustancia altamente tóxica. 


Por otra parte, ya casi desaparecieron los sastres, modistas, zapateros, porque la basura que se desecha en Estados Unidos en forma de ropa y zapatos usados la utilizan los hondureños. Ahora que estamos en coronavirus, la corrupción ha sido escandalosa que han comprado equipo médico, mascarillas, tanques, hospitales basura. En todo caso al final de cuentas no sabemos si nos han convertido en un país basura con un sistema de transporte de la segunda guerra mundial, con aviones de guerra inservibles y con más tanques militares que tanques respiradores utilizados en cuidados intensivos, al final debemos preguntarnos: ¿qué grado de conciencia tendría el congreso al llevar estas propuestas? 


Esas políticas son el resultado de decisiones tóxicas que son producto de leyes corruptas a través del soborno y hegemonía que han tenido la política agroindustrial capitalista y militar de Estados Unidos de América y sus Aliados, por lo tanto, la corrupción es imperial y de los gobiernos serviles de Honduras que se refleja en los tratados comerciales y militares desiguales. 


En cuanto a las decisiones tóxicas, nos vamos a concentrar en aquellas relacionadas con las sustancias que se derivan de la industria química, particularmente la petroquímica.

 

Tal es el caso de la industria petrolera que está muy ligada a la fabricación automotriz, para el caso, existen más de mil doscientos millones de autos en el mundo y la tendencia es a producir 3 mil millones, (Andres Barreda) lo cual aumenta el consumo de agua y la mayor contaminación del mundo a través de la industria petroquímica que genera miles de tóxicos ambientales como el plástico, los plaguicidas, fertilizantes, dioxinas, contribuyendo así a hacer uno de los mayores aportes al mal llamado cambio climático que es realmente una de las mayores catástrofes que está destruyendo el planeta tierra. 

Se partirá de una concepción basada en la historicidad del proceso de colonización y neocolonización de nuestros pueblos, por lo tanto, no solo de una conceptualización sino de una praxis histórica, política y de dominación cultural. 


Nuestros problemas inmunológicos y de salud fueron agravados radicalmente por la introducción de enfermedades que no existían en nuestros continentes tales como: el sarampión, la viruela y otras, lo cual produjo más de 30 millones de muertes de indígenas y negros esclavos en toda América y el otro aspecto, no fuimos considerados humanos porque según los colonizadores no teníamos alma. 

Este ensayo se concentrará en los derivados de la petroquímica: el plástico y en segundo lugar en la producción de dioxinas por los procesos de industrialización e incineración. 


Contaminación en Honduras de los derivados de la petroquímica: plástico. 


Honduras no produce petróleo, pero si una concesión petrolera por la Shell que potencialmente contaminará el mar caribe y destruirá uno de los arrecifes coralíferos más importantes del mundo. 


Los procesos de urbanización y los proyectos del patrón de movilidad en el país, (puentes carreteros) están diseñados en la función de los intereses del capital automotriz a tal grado que prácticamente no existen vías ferroviarias, el uso masivo de asfalto ha impermeabilizado las áreas de transporte que ha contribuido a las grandes inundaciones en el país, asimismo los proyectos del extractivo minero y la construcción de múltiples represas para dotar de energía a las cadenas multinacionales de supermercados y de comida chatarra que han empobrecido y generado un alto costo del suministro de  energía eléctrica para las poblaciones hondureñas. 


En un país tan pobre como Honduras, no existe un transporte público por parte del Estado, en la mayor movilidad pública se desarrolla con autos de la segunda guerra mundial cuyos productos de combustión contamina los pulmones. 


Plástico 


Una gran parte de los enceres de cocina, muebles y de la vivienda son de plástico que ha sustituido la producción cultural de jarros, joyas, platos, vasos de barro, porcelana y de los populares guacales, cumbos y los morrales todos han sido sustituidos por bolsas de plástico. 


Asimismo, existe una contaminación de plástico y basura transfronteriza de Guatemala y otros países que violan los convenios de Basilea.    


Existe una relación entre la petroquímica y la industria farmacéutica a tal grado que algunos fármacos utilizan procedimientos de laboratorio de la petroquímica: benceno, las olefinas, el éter de petróleo, a partir de los cuales se sintetizan en las plantas de síntesis orgánicas, productos como la aspirina, el acetaminofén, el ketoprofeno, el diclofenaco, el éter sulfúrico, el irbesartan, ibuprofeno, ambroxol, piroxicam. 


Algunos de estos medicamentos están prohibidos o restringidos en Europa, pero se usan libremente en Honduras. 


En adición, en Honduras recibimos donaciones de medicinas vencidas o que a corto plazo está por cumplir el tiempo de expiración, por lo tanto, se convierten en basura tóxica. 


Dioxinas 


En Honduras, existe un deficiente de manejo de los desechos sólidos y la incineración de productos industrializados es deficiente y no existe control de los procesos de industrialización, ni manejo de aguas residuales y residuos tóxicos por fertilizantes y plaguicidas, por lo tanto, existen graves problemas inmunológicos y de procesos cancerígenos a tal grado que uno de los cánceres más frecuentes es el de mama y de tiroides en la mujer. Una observación nuestra con respecto a la pandemia es que se ha dicho que es muy frecuente en niños y jóvenes la existencia de formas graves de Covid-19 que solamente se ven en las personas de edad avanzada en el primer mundo, la posible explicación a esta situación es que hay una gran exposición a plaguicidas y fertilizantes y órganos clorados, así como metales pesados del extractivismo minero, sea metálico y no metálico (cementera, caleras y carboneras) exposición a la biomasa de plantaciones de azúcar que con los plaguicidas han producido una epidemia de insuficiencia renal, cuyas víctimas requieren hemodiálisis que están privatizadas en Honduras donde los trabajadores no tienen  protección social. 


Agua embotellada 


El agua embotellada para el consumo humano constituye quizás uno de los más graves problemas de salud pública en Honduras, porque contiene sustancias llamadas xenoestrógenos que afectan el sistema hormonal de las mujeres y por otro lado dioxinas que son sustancias cancerígenas. Según un informe mencionamos los riesgos: 

  

1.     Tipos de plásticos contienen productos químicos disruptores endócrinos, lo cual se relaciona con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama, ovario, útero, tiroides y próstata. 

2.     presencia residuos de ftalatos en botellas de PET, uno de los plásticos más usados en la industria del agua embotellada. Los ftalatos afectan negativamente a la salud cuando se encuentran a partir de ciertas cantidades, ya que, entre otras cosas, pueden actuar como disruptores endocrinos, provocando un efecto estrogénico, es decir, comportándose como hormonas femeninas. 

3.     La congelación de las botellas de plástico puede liberar dioxinas cancerígenas en el agua, según una investigación de la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health. 

4.     Cuando abrimos una botella de agua, su interior puede contaminarse con distintos tipos de microorganismos, como bacterias y hongos, que pueden proceder de distintas fuentes, como nuestra boca (si bebemos directamente a través del envase) 

5.     Dejar las botellas de agua expuestas a sol o a altas temperaturas pueden generar una mayor concentración de antimonio, químico empleado como catalizador para fabricar botellas de PET que, en elevadas cantidades, puede ser tóxico y se ha relacionado con un aumento en el riesgo cardiovascular, además de que también se considera un agente cancerígeno. 

  

En consideración, en lo señalado anteriormente con respecto a las decisiones toxicas debemos luchar por abolirlas, porque lo más real de estas decisiones es la enfermedad, la muerte y la devastación de la madre tierra y, por lo tanto, ¡estas leyes no deben pasar! 

Por una Honduras, América latina y el Caribe, libres de relaciones tóxicas y de una falsa democracia, manifestamos con las palabras vivas: ¡No a la pandemia del capitalismo, ni a la pandemia del pánico y la corrupción! 

  

¡Por la unidad y dignidad histórica de nuestros pueblos! 

  

Juan Almendarez 

Ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras 

  

Se agradece la asistencia técnica de Jefry Izcano y la Arquitecta Alejandra Padilla como las valiosas conversaciones con el investigador social y ambiental, José Luis Espinoza, así como el Dr. Pedro Portillo, farmacólogo clínico con estudios en Londres. 

El escritor Eduardo Barh que siempre enriquece nuestros trabajos a través de una visión interdisciplinaria. 

  

Tegucigalpa MDC, 15 de septiembre del 2020[1] 

 






 
 

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